Le jardin de Horse Remedy

El jardín de Horse Remedy

El Jardín de Horse Remedy

En Horse Remedy, nos gusta cuidarnos y cuidar a los demás. Por eso queremos aprovechar este período de confinamiento para comunicarles nuestro amor por la tierra y sus recursos, así como compartir nuestro conocimiento y, por qué no, descubrirles un alma de jardinero. Les ofrecemos este pequeño recopilatorio de algunas plantas medicinales reconocidas por sus propiedades y que utilizamos diariamente. Así, podrán cultivar también su pequeño rincón del paraíso.

El Tomillo (Thymus)

El tomillo necesita sol y crece en estado salvaje en tierras más bien áridas y rocosas de las regiones mediterráneas.

Puede reproducirse por semillas o por división de raíces (en primavera), acodo, o incluso esquejes (en verano). Cada primavera, se puede cortar la planta a la mitad para favorecer la aparición de nuevos brotes.

Para el cultivo en maceta, utilice una tierra porosa. El tomillo detesta la humedad, así que colóquelo en un lugar elevado para que el agua se escurra. La poda se realiza después de la floración.

Se recomienda renovar las plantas aproximadamente cada tres años para evitar que el tallo se vuelva demasiado leñoso y que las hojas pierdan su sabor.

La Menta (Mentha)

La menta aprecia un suelo bien húmedo y preferiblemente a media sombra (aunque se adapta sin dificultades en otros lugares).

Soporta podas o recolecciones bastante frecuentes. De hecho, a veces puede mostrarse invasiva en un jardín. Para evitar que conquiste el jardín con sus estolones, basta con delimitar su zona de proliferación, ya sea enterrándola directamente en una maceta, o introduciendo en la tierra un elemento imputrescible y rígido como pizarra, ladrillo, para separarla del resto del jardín.

El Fenogreco (Trigonella foenum-graecum)

Planta condimentaria y medicinal con múltiples virtudes, el fenogreco es una planta de la familia de las leguminosas proteaginosas que además tiene reconocidas virtudes melíferas debido a su fuerte y almizclado olor que algunos llegan a comparar con el olor de un macho cabrío. Su floración se extiende de abril a julio. Al consumir el nitrógeno del suelo, no necesita fertilizantes. El fenogreco crece fácilmente en céspedes o terrenos baldíos: tolera bastante bien la sequía y aprecia especialmente un lugar soleado y un suelo no demasiado pesado, limoso.

La plantación se realiza idealmente en otoño, justo después del período de diseminación de las semillas. También se pueden sembrar las semillas empapadas directamente en el sustrato, desde mediados hasta finales de primavera, cuando las heladas invernales han terminado.

El Ajo de oso (Allium ursinum)

Esta versión silvestre del ajo se multiplica fácilmente en lugares frescos y sombreados. Puede naturalizarse fácilmente en nuestros jardines, por ejemplo, bajo los árboles. Numerosas utilizaciones justifican su presencia en el huerto, tanto medicinales como culinarias: planta antigua, utilizada por los celtas y los germanos, hoy en día recupera su prestigio.

Esta planta aprecia los lugares húmedos, sombreados, así como los suelos humíferos. Se encuentra, por ejemplo, en alfombras en algunos bosques. Atención a no confundirla con muchas especies tóxicas que se le parecen.

El Frambueso (Rubus idaeus)

Este arbusto que no necesita presentación, ya que sus virtudes son múltiples y sus frutos reconocibles entre mil, florece de mayo a octubre.

Para su plantación, conviene elegir una exposición más bien sombreada a media sombra, en un suelo ligero, fresco y rico. Esta se realizará preferentemente entre noviembre y marzo.

Sus suculentas bayas, que le han dado su reputación, se cosecharán entre finales de junio y octubre. Puede plantarse en seto libre, o para los más meticulosos, en abanico sobre alambres tensados en dos niveles a +- 50 cm del suelo y a 1 m.

El Grosellero negro (Ribes nigrum)

Originario del norte de Europa y Asia, este arbusto gusta de ser plantado, al igual que el frambueso, en un suelo rico y en un lugar sombreado. Puede alcanzar una altura de 1,50 m, es bastante rústico (resiste bien al frío) y se planta preferentemente en otoño. Se multiplica naturalmente por acodo, pero también se puede esquejar en otoño.

El grosellero negro es muy rico en vitamina C; también contiene muchas fibras, lo que lo hace muy digestivo. Puede utilizarse para la elaboración de licores, jarabes, jugos, sorbetes, coulis o mermeladas, a su mejor conveniencia.

La Ortiga (Urtica)

Planta ruderal por excelencia, la ortiga no deja de ser un verdadero tesoro. Ya sea utilizada en fitoterapia, en purín, o en cocina, la ortiga es además una excelente bioindicadora de su suelo: le gusta en los suelos húmedos y ricos de las regiones templadas (en los bosques, a lo largo de las orillas de los cursos de agua,...). Testifica un importante nivel de hierro y materia orgánica en el suelo. Rica en elementos nutritivos, la ortiga es un recurso del que se puede disponer fácilmente. ¿Y adivinen qué? Existe incluso una técnica para recogerla sin pincharse: basta con agarrarla por debajo.

El Diente de león (Taraxacum)

Plantas perennes, de pleno sol o media sombra, con raíz carnosa que penetra profundamente en el suelo, más de 50 cm, lo que les permite resistir las heladas intensas de las regiones frías.

¿Lo sabían? Si su nombre se refiere a las propiedades diuréticas de la planta (orina en la cama, sí sí...), el diente de león común también es conocido como "dent-de-lion", relacionado con la forma curvada de sus hojas.

Este nombre también se utiliza en otros idiomas: en inglés: Dandelion y en italiano: dente di leone.

La Cola de caballo (Equisetum arvense)

En cuanto a la cola de caballo, ¡hay que tener cuidado! Es importante diferenciar la cola de caballo de campo (que nos interesa) de su prima, la cola de caballo de pantano, que resulta ser muy tóxica. Y no hay suerte, la cola de caballo de pantano se encuentra más frecuentemente. Además de su biotopo que difiere, como indican sus respectivos nombres, para distinguirlas, observamos los tallos: si las hojas y las espigas crecen al mismo tiempo, es cola de caballo de pantano. Por el contrario, la cola de caballo de campo primero produce tallos que solo llevan espigas. Luego, estos darán lugar a tallos que solo llevan hojas. En una fase temprana de crecimiento, lamentablemente la cola de caballo de pantano no lleva espigas.

Existen otros medios para distinguirlas, pero esto requiere más detalles de los que el deber de concisión de esta guía nos permite. Si tienen la menor duda, absténganse de recogerla.

¿Lo sabían? Antiguamente, la cola de caballo se ataba a la cola de los caballos para reforzar la acción de ahuyentar moscas. Sus otros nombres son, por lo tanto, "cola de caballo", "cola de gato" o "cola de zorro".

10. El Llantén lanceolado (Plantago lanceolata)

Esta "mala hierba" es completamente comestible. Las hojas jóvenes son buenas crudas y las más maduras se consumen mejor cocidas. Son frecuentes en nuestras regiones y miden alrededor de 30 cm. Oportunistas, crecen en exposiciones y suelos bastante variados.

¿Lo sabías?

Su apodo de "hierba de las 5 costuras" proviene de varias leyendas que rodean el origen de esta planta. Una de ellas cuenta que un Señor rico como el mundo prometió casarse con la joven que le hiciera el encaje más bonito. Para que no hubiera engaños, debía ser cosido delante de él.

Todas las jóvenes del Reino se apresuraron a tomar sus agujas y se dirigieron al castillo. Todas excepto una: una joven perdidamente enamorada del Señor lloraba desconsoladamente porque no sabía coser. Vagando por los campos lamentándose de su suerte, se encontró con un duende que le dio una aguja y le dijo que se dirigiera al Señor. "Le pedirás 5 briznas de hierba, que coserás juntas tan firmemente como imaginarías coser tu corazón al suyo". Ella lo hizo. El Señor, subyugado tanto por la belleza de la joven como por la de su costura, la eligió y plantó esa magnífica costura que se reprodujo por todo el Reino.

11. El Espino (Crataegus laevigata)

Muy presente en estado natural en terrenos baldíos, este pequeño árbol de belleza sencilla alegrará tu jardín con su floración primaveral.

Puebla muy frecuentemente los setos de nuestras campiñas europeas y florece en mayo. Poco selectivo en cuanto al suelo y la exposición, aprovecha entornos relativamente variados. Aunque sus ramas tienen espinas particularmente afiladas, son muy apreciadas por los pájaros por sus frutos.

12. La Malva (Malva moschata)

Parte de la gran familia de las malváceas, con sus primos el hibisco y la malvarrosa, con quienes cultiva una cierta semejanza, la malva es una de esas plantas que soporta terrenos pobres y resiste bien la sequía.

Floreciendo de junio a septiembre, las flores son comestibles. Sus frutos llevan el nombre de "quesitos" (por su forma redonda de pequeño queso) y tienen un sabor similar al de la avellana. Asegúrate de dejar algunos frutos en la planta, ya que estos constituyen las semillas responsables de su perpetuación.

13. La Reina de los Prados (Filipendula ulmaria)

Creciendo en lugares húmedos, orillas de ríos, zanjas que bordean praderas, es una excelente planta melífera.

Además de los numerosos polinizadores que atrae, es particularmente apreciada por las bonitas cetonias doradas. Su otro nombre, Falsa Espirea, inspiró el nombre de un medicamento extremadamente común, ¿lo has reconocido? Muy popular en cocina o en fitoterapia, se dice que se le pueden encontrar más de 40 usos.

14. El Galio (Galium aparine)

Más conocido bajo el dulce nombre de "Plaque-Madame", esta planta adventicia tiene virtudes que merecen ser conocidas.

Aprecia los suelos arcillosos, húmedos y ricos en nitratos, se encuentra a menudo en el mismo biotopo que la ortiga. Indicadora de la eutrofización de un medio, forma parte de esas plantas ruderal que se encuentran fácilmente sobre otras plantas que le gusta cubrir. La adhesividad bien conocida de la planta, y más particularmente de sus frutos, favorece ampliamente su dispersión.

15. La Milenrama (Achillea millefolium L)

Esta herbácea perenne de la familia de las asteráceas lleva el nombre del héroe de la mitología griega: Aquiles. Se dice que la utilizó para curar su herida y las de sus soldados. De ahí el otro nombre de esta bonita planta: la hierba de los soldados.

Esta dama cosmopolita del hemisferio norte no es difícil: heliófila, se conforma con poco: bordes de caminos, terrenos baldíos o praderas, muchos terrenos son adecuados para su desarrollo. Otro interés: es una excelente planta melífera.

16. La Melisa (Melissa officinalis)

De la familia de las lamiáceas, su nombre proviene del griego "melissophullon" y significa "hoja de abeja" o "hierba de abeja". Le gusta tanto el sol como la sombra, y prefiere los suelos frescos. Ya estaba presente y cultivada en los jardines medievales. Su suave olor a limón tan característico no debe confundirse con el de la citronela asiática, más fuerte. Sus flores blancas hacen de esta bonita planta naturalmente melífera.

A este respecto, los apicultores solían usarla para atraer enjambres a una nueva colmena frotando melisa en su interior.

17. La Manzanilla romana (Chamaemelum nobile)

Sea cual sea su uso, medicinal, culinario o cosmético, es una planta que no necesita presentación. Su floración tiene lugar de junio a septiembre y le gustan los suelos secos y arenosos, ricos en sílice, de las praderas medioeuropeas, pastadas e incluso pisoteadas. Se puede confundir con la manzanilla común: una vez más, un buen sentido de la observación (o un suministro de profesionales de confianza) es necesario para su recolección.

18. El Aciano (Centaurea cyanus)

Esta especie mesícola, a menudo adventicia de los campos de cereales, forma parte de la familia de las asteráceas. Su floración se extiende ampliamente: entre abril y noviembre. Prefiere los suelos arcillo-arenosos, aunque se adapta bastante bien a un entorno algo variable. Sin embargo, ha disminuido (o incluso desaparecido) de su biotopo natural. Pero aún se puede encontrar a veces a lo largo de los bordes de nuestros caminos rurales.

Para la pequeña historia, el aciano de Francia representa el símbolo de la memoria y la solidaridad hacia los excombatientes, las víctimas de guerra, así como las viudas y los huérfanos, cuando se lleva en la solapa.

Para la pequeña historia, el aciano de Francia representa el símbolo de la memoria y la solidaridad hacia los excombatientes, las víctimas de guerra, así como las viudas y los huérfanos, cuando se lleva en la solapa.


Para Horse Remedy - Charlotte Bouvier

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